martes, 7 de agosto de 2012

CAPÍTULO 14. "Lo imposible se hace posible con Àlex Monner y Mikel Iglesias.

| Laia |

Empecé a bailar, y cuando vi que había perdido de vista a Maria subí a una especie de tarima con una barra, empecé a buscarla, pero no la encontraba, me fijé en un chico moreno que estaba con una chica tonteando, era Mikel. Impotencia. Asco. Pero sobre todo, dolor. Una punzada en mi corazón hizo que se acabara de romper del todo. Con razón me había dejado, ni una semana podía estar con una chica. Miré a los chicos que tenía debajo, todos me miraban, esperaban algo. Esperaban a que bailase. Empecé a bailar en la barra, empezaron a gritar, vinieron más chicos, y cuando miré a Mikel me estaba mirando, me miraba enfadado, pero a él qué más le daba, si no estábamos juntos. Seguí bailando mientras le miraba, mientras él me sostenía la mirada, quería ver cuánto aguantaba, cuánto aguantaba viéndome bailar para otros chicos. Lo perdí de vista un momento, ya que me giré para hacer un movimiento, pocos minutos después alguien me bajó de la tarima a la fuerza, era Mikel, me había cogido como a un saco de patatas. Me sacó fuera.

-¿Qué coño haces? ¿Por qué me sacas?-dije una vez que me dejó, por fin, en el suelo-
-¿Tú te has visto?-me miró de arriba a abajo, y sé que en sus ojos hubo un destello de deseo-
-Sí, yo bailaba mientras tú estabas con esa zorra, todos contentos, ¿no?-hice una mueca de asco al recordar a la que le estaba sobando-
-¿Estás celosa?-rió-
-Por mí como si te la follas.-hice amago de irme, pero no lo conseguí, porque me cogió de la muñeca y me giré-
-No te importa, ¿verdad?-sonrió-Además, ¿tú la has visto? Está buenísima.-puso un mechón detrás de mi oreja-
-¿Te pone?-le separé de mi dándole un empujón, pero volvió, siempre volverá-Me alegro mucho,-forcé una sonrisa falsa-de verdad. Pero dudo que te ponga tanto como yo.-me acerqué a él mientras le acariciaba el cuello con la yema del dedo anular de la mano derecha- Acéptalo, yo te pierdo, y solo con tocarte te vuelves loco.-subí el dedo al llegar a sus labios y un escalofrío recorrió todo su cuerpo-
-No es verdad, y lo sabes.-quité el dedo de sus labios y justo después pasó la lengua por ellos-
-Sí que lo es,-le guiñé un ojo-y el que estaba celoso eras tú,-le di un pequeño e indoloro golpe en el pecho-que me has sacado.
-No estaba celoso.-me cogió de la cara y me sonrió-
-Vale, pues déjame, que voy a hacer un streptease.-cogí sus manos y las aparté de mi lo más lejos que quise. Y no voy a mentir, las dejé que cayeran por su propio peso, pero que no fueran muy lejos de mi, porque como tuviese que vivir sin sus caricias podría morir-
-¿Cómo una puta?-le salió solo, estaba rabioso, no podía hacer nada para que no me fuera con otros porque, ¿quién era él para impedírmelo? Nadie-
-No, como una puta no, se lo voy a hacer a Erik.-se giró y le metió una patada a un pobre cubo de basura que estaba en la calle, la basura no tenía culpa ninguna de que él fuera tan gilipollas. Suspiré una vez que se estaba yendo y reaccioné antes de perderle, antes de perder al amor de mi vida, le grité- Trágate de una puta vez el orgullo y dime que me quieres.-se giró y me miró, vi en sus ojos un destello de alegría al ver que no quería perderle-
-Trágate tú el tuyo y dime que estás celosa.-dijo acercándose a mí-
-No voy a admitir algo que no es cierto. En cambio tú me quieres, ¿verdad?-sonreí. Sólo por el hecho de que lo tenía en frente, sonriendo victorioso-
-Te quiero hasta el fin del mundo y más allá.-me agarró de la cintura y me atrajo a él-
-Eres un completo gilipollas, ¿qué coño hacías con esa?-dije tocándole el pelo, una vez que le había rodeado el cuello con mis brazos, mirándole dulce. No podía discutir con él, es que no puedo, ¿no lo entendéis? No puedo perder a lo más bonito que me ha pasado nunca-
-¿Hemos vuelto?-dijo poniéndome un mechón detrás de la oreja-
-Responde.-dije apartándome de él, pero poco-
-Mi celosilla,-rió con esa risa nerviosa- tenía que hacer algo para llamarte la atención.-dijo volviéndome a acercar y tocándome suavemente la mejilla-
-Te odio. ¿Y si te hubieras liado con ella?-le miré a los ojos y sonrió-
-¿Lo he hecho? No, pues ya está.-cogió mis manos y las posó suavemente al rededor de su cuello-
-Lo ibas a hacer.-dije a pocos centímetros de su boca-
-Tú seguro que te liabas con alguno de la fiesta.-pasó su lengua por esos deliciosos labios que me volvían loca-
-¿Lo he hecho? No, pues ya está.-sonreí con mi media sonrisa que me caracterizaba, o eso decían-
-Me encantas.-dijo dándome un suave beso-
-Te pongo más que la zorra esa, admítelo.-dije una vez que paró de besarme-
-Admito lo que quieras, menos eso.-dijo volviéndome a tocar la mejilla-
-Vete a la mierda.-dije separándole de mí, me giré para irme y me cogió de la muñeca para darme la vuelta-
-Me pones más que cualquiera. -me acercó a él y buscó mis labios pero giré la cara-
-Me duele la cabeza.-dije, únicamente-
-¿No me vas a hacer un streptease?-rió-
-Me duele la cabeza.-le guiñé un ojo y por fin entendió lo que le quería decir-

Fuimos a su casa, subimos a su habitación y cerró la puerta, se acercó a mí.

-¿Segura de que lo quieres hacer?-me cogió de la cintura-
-Estoy segura de todo si es contigo.-dije poniendo mis manos en su cuello-

Me besó, ojalá ese beso hubiera durado toda la vida, así no discutiríamos más, no nos pelearíamos, no nos pondríamos celosos. Seríamos felices, felices besándonos.

-¿Sabes qué?-susurró entre beso y beso-
-Dime.
-Si no lo quieres hacer, no importa.-me separé-
-Estás pesadito, si estoy aquí, en esta habitación contigo es por algo, ¿no?-suspiré-Nadie me está obligando, ni me ponen una pistola en la cabeza para hacerlo.
-Lo siento cariño,-hizo una breve pausa-pero es que no quiero hacerte daño, quiero que sea dulce, quiero que no lo olvides, no quiero dejarme llevar por un calentón tonto, quiero hacerlo porque lo siento.
-Ah, ¿no lo sientes?-dije cruzándome de brazos-
-Claro que lo siento, tonta.-dijo separando mis brazos para volverlos a poner en el lugar del que nunca tendrían que haberse quitado-
-Calla y bésame.

Volvimos a besarnos, lentamente, nos tumbamos en la cama, y entre besos y caricias nos quedamos dormidos. Me desperté, no podía creerme que no hubiera pasado nada entre nosotros dos, la atracción sexual entre nosotros se ve a kilómetros. Me levanté de la cama y fui al baño de su habitación para lavarme la cara, oí un ruido, y justo después, me llamaban. Salí del baño, el ruido era él, que se había sentado en la cama, y la preciosa voz que pronunciaba mi nombre era suya, jodidamente sexy.

-¿Qué quieres?-dije apoyándome en el marco de la puerta-
-Creía que te habías ido.-se pasó las manos por los ojos para despejarse-
-¿Por qué bebé?-reí-Yo no me voy a ir a ningún lado, no me moveré de tu lado si tú no me lo pides.
-No te lo pediré nunca.-puso cara de niño pequeño, si hubiera sido por mi, me lo habría comido-
-Eso espero. Pero si alguna vez sobro, dímelo.
-Si alguna vez sobra algo de ti, será tu ropa. Y ahora mismo sobra, así que deshazte de todas las cosas que lleves puestas y hazme el favor de tirarlas donde no pueda verlas.-se levantó y en cero coma lo tenía a mi lado, notando como su corazón y el mío competían por cual iba más rápido-

Y volvió a besarme como había hecho horas antes, con esas ganas, inclusive con más. Me quería, lo notaba en él, lo notaba en sus ojos y en sus palabras. Ya no podía dar marcha atrás, una historia estaba comenzando, y le había prometido un “para siempre”, no puedo fallarle, por lo menos, no a él.

Me quitó el disfraz que seguía llevando, y tiró toda mi ropa por distintos sitios de su habitación que dudo que a la mañana siguiente pudiese encontrar. Me deseaba, le deseaba. Me quedé en ropa interior en poco tiempo, como él. Me besaba inconscientemente, buscaba mi boca cada vez que me separaba, y juro que me vuelve loca el tacto de su piel en la mía, me vuelven loca sus besos, y esa lengua que tiene, que si por él fuera, estaría dentro de mi boca la mayor parte del día. Paró, sabía que iba a volver a parar, a dejarme con las ganas, sabía que él quería pero tenía miedo por mí.

-De ninguna de las maneras des marcha atrás.-susurré una vez que me alejé de su boca- No justo cuando acabas de sacarte el permiso de conducir tus manos por mi cuerpo.

Y allí nos quedamos, fuera la hora que fuese, con las persianas bajadas y dándonos múltiples besos por la mayor parte del cuerpo. Nos necesitábamos ambos, nos necesitábamos siempre, en cualquier momento.

| Maria |

-Yo seré tu princesa, ¿pero qué me dices de Samanta?-dije una vez que había salido de mi embobamiento- ¿Eh?-le separé de mi de un empujón, pero fue leve, por lo que no se separó de mi mucho- ¿Para qué coño voy a querer ser tu princesa si vas a tener a otra que la vas a tratar como a una reina?
-No confundas las cosas, ella a mí me gusta muchísimo, me encanta,-suspiró, cerró los ojos y continuó- ¿pero sabes qué? Tú le das mil vueltas, ¿y sabes que más?
-Que-hizo una pausa-, vamos dime.-dije de mal humor, no soportaba estar ahí hablando de cuánto le gustaba Samanta-
-Que a ti te quiero joder.-suspiró y abrió los ojos, algo había tocado mi corazón, algo me dejó sin respiración por un segundo e hizo que el resto de mi vida no volviese a respirar igual.-
-¿No ves que todo esto es un puto error?-dije negando, me obligarme a hacerme la idea de que Monner no me iba a querer, que en ese instante no lo hacía ni lo iba a hacer- ¿Que Samanta se volverá a cruzar en nuestro camino y nos separará?-suspiré- No quiero hacerme ilusiones para que luego las rompas. Yo no soy juguete de nadie, no te creas que puedes jugar conmigo y cuando te aburras dejarme ahí tirada, no pienses que cuando quieras volver a jugar conmigo seguiré ahí, donde me dejaste.-hice una pausa y continué- Y no te pienses que por decirme cuatro cosas bonitas me tienes comiendo de la palma de la mano.
-Deja las putas inseguridades a un lado de una vez,-bajé la mirada y miré al suelo- deja de preocuparte por Samanta, es a ti a quien quiero, no a otra, céntrate más en nuestra relación, es de dos, no de tres.-cada vez subía más el volumen, pero yo no entendía porqué, yo no entendía porque me tenía que gritar, pero en el fondo sabía con toda certeza que él me quería y estaba cansado de repetirme que si yo le pidiese que viniera conmigo, él lo dejaba todo, absolutamente todo, para venirse conmigo, no lo decía en voz alta pero sus ojos son transparentes, por lo menos para mi y sabía que me quería decir cada día, a cada hora- No quiero un jodido triángulo amoroso, quiero un perfecto y maravilloso infinito contigo.
-No puedo dejar las inseguridades porque tengo miedo.-me cogió la cara e hizo que le mirara-
-¿Miedo? ¿¡A qué!?
-A quererte y luego perderte, joder. ¿No te enteras? Tú no eres un juego para mí. Y si no te gusto como soy, con mis inseguridades y mis complejos, te puedes estar yendo, porque no cambio ni por nada ni por nadie.-hubo una breve pausa-
-¿No lo entiendes? ¿No ves que no quiero cambiar nada de ti? No quiero cambiarte, si estoy locamente enamorado de ti es porque eres tú misma.-me costaba asimilar todo lo que estaba pasando, todo lo que nos estábamos diciendo. Sonreí-
-Bien, porque lo único que vas a poder cambiar de mí va a ser mi próximo movimiento, el ritmo y la temperatura.-sonrió y me acercó a él-

3 comentarios:

  1. Porfavoooooooooooooor!!! Menudo capi nena. Me he puesto mala malita malaa (8) Ojala viniese el Monner a decirme eso a mi. Y Mikel es lo más abrazableachuchabledelmundoentero! Pena que ya queden poquitos capiss :'(
    un beso. <3
    @NataliiaFUCKOFF

    ResponderEliminar
  2. Kddfjsdlfjldsflj yo con esta novela muero de amor, enserio lo digo.¡Siguiente YA! :D
    @eerriiiiccaa_MI

    ResponderEliminar
  3. Jopetas, esto no se puede acabar ya en dos capitulos, exijo más he! JAJAJA me encana en serio. Soy _justadreambig

    ResponderEliminar