| Laia |
Subí al cuarto de Maria a enchufar el
móvil, cuando cogí el cargador de un cajón de su escritorio,
alguien entró.
-¿Podemos hablar?-Mikel. Era su voz-
-¿Qué quieres?-dije sin mirarle,
enchufando el móvil-
-Quiero que me escuches y que escuches
la verdadera razón por la que no quiero quererte, por la que no
quiero acostumbrarme a ti.-Suspiré, no quería hablar, me entendió
y empezó a hablar- No quiero acostumbrarme a que te levantes de la
cama porque te hayas dado cuenta de que no estoy y vengas a buscarme
porque otra vez esté con mis miedos,-sonrió con una media sonrisa
que me volvió loca- pero entiéndeme, contigo cualquiera se
crece.-miró al suelo y asintió- Y no quiero verme huyendo de tu
recuerdo,-negó con la cabeza- no quiero-hizo una breve pausa y tomó
aire- tener que deshacerme de todo lo que haya de ti en mí.-se
acercó un poco a mí, aunque para mi gusto estaba demasiado lejos,
esos metros eran kilómetros para mí- No quiero tener que olvidar
tus gestos.-hizo una mueca y reí- Que aunque creas que no te veo,-me
miró a los ojos y sonrió, con esa sonrisa completa que me vuelve
totalmente loca- te miro y no quiero olvidar la forma en la que
tienes de mirarme y esa media sonrisa que te sale.-se mordió el
labio, ya casi estaba a mi lado- No quiero tenerme que olvidar de qué
significará y qué ha significado todo esto para nosotros cuando lo
vivamos, si lo vivimos.-y lo viviremos, pensé- Es difícil tenerme
que imaginar que posiblemente se acabe algún día y que me tenga que
olvidar, y acostumbrarme otra vez a que tu número no sea el que
parpadee en la pantalla de mi móvil.-ya estaba a mi lado, ya le
tenía delante, ya notaba como mis piernas temblaban al estar en
contacto con su cuerpo- Entiende que no quiero acostumbrarme a ti,-me
acarició la comisura de los labios y se quedó unos segundos
mirándola, se pasó la lengua por esos labios que me llamaban a
gritos y me pedían que les besara a cada puto segundo del resto de
nuestras vidas- no quiero acostumbrarme y que luego no estés,-besó
mi cabeza, no quería que se volviera a separar hasta que muriésemos,
pero se separó para mirarme a los ojos- y ya sé que no hay nada
seguro en esta vida, y que lo único seguro es que no hay nada
seguro,-rió- pero no quiero olvidarme, no quiero olvidarme de ti,
olvidar todo lo que hemos pasado y pasaremos juntos, no quiero
olvidarme ni de tus besos-tocó mis labios y su mirada fue a ellos-
ni de tus caricias,-miró su brazo izquierdo, el cual yo estaba
acariciando, sonrió, y ese gesto hizo que me ruborizara y mirara al
suelo, pero cogió con su mano mi barbilla e hizo que le mirara a los
ojos- ni de los celos que voy a sentir por otros chicos.-se le tensó
la mandíbula al pronunciar esas palabras, hizo que me acordara de
Erik y reí- Por eso no quiero acostumbrarme a quererte si luego te
vas a tener que ir.-negué con la cabeza y unas cuantas lágrimas ya
amenazaban con salir a toda hostia por mis ojos sin que yo les diera
permiso, sus palabras me estaban llegando, había tenido los huevos
de venir y decirme todo lo que me está diciendo a la cara, y eso era
lo más importante que habían hecho por mi en mi vida- Es lo que
tiene no creer en los “para siempre”, que no te dejan
disfrutar.-y ese momento bonito acabó, ese momento en el que estaba
en sus brazos, que estábamos juntos, que su piel y la mía estaban
en contacto, que mi estómago era de todo menos eso en ese mismo
instante, se alejó para salir por la puerta, pero antes de que todo
esto acabara en un “ni si quiera se ha intentado” hablé, antes
de que todo acabara antes de comenzar-
-Arriésgate a quererme y a creer en
este “para siempre”.-se giró y el mundo paró, paró en ese
instante, me miró con esos ojos de “¿he oído bien?”, sonreí,
vino a mí, y me abrazó con cuidado por si me rompía en cualquier
instante-
| Narrador |
Pasó una semana, Mikel y Laia se lo
tomaron con calma, después de la declaración de amor hubo beso,
como era obvio, pero del beso no pasaron.
Maria y Àlex el mismo día en el que
Mikel y Laia se dijeron a la cara lo que sentían, lo hicieron en el
baño. Fue especial, realmente especial, como cuando lo haces con la
persona indicada, igual. Maria se arrepintió, no de hacerlo, si no
de pensar que Àlex se fuese con otras después de estar con ella,
por lo que cuando acabaron, antes de que él le pudiera decir nada,
de que la quería o de que estaba loco por ella, que cuando la miraba
el mundo se paraba, que su sonrisa era la mejor medicina en sus
peores días o cualquier otra cosa en la que Maria cayese rendida a
sus pies, ella se vistió y se fue. Salió de su casa y fue a dar una
larga vuelta, pensó en lo que había hecho, en que por más que
quisiera arrepentirse de haberlo hecho con Àlex, no podía, porque
le quería y ella lo sabía, eso era lo que más le dolía, que ella
le quisiera y que él seguramente se fuera con otras a la primera de
cambio, ¿para qué arriesgar?, pensó, si va a preferir a millones
de chicas con un cuerpo de escándalo a mi. Hasta bien entrada la
noche no volvió, entró por la puerta de atrás y se fue a su
cuarto. No se arrepentía para nada de hacerlo con él, es más, le
deseaba y quería volver a probar sus labios, pero ella no iba a
estar para cuando él quisiese y no iba a permitir que jugaran con
sus sentimientos. Àlex cada día desde entonces intentó hablar con
ella, pero ella lo esquivaba de muchas maneras diferentes, no quería
hablar con él, ¿para qué? ¿Para oír que ya se había follado a
siete en esa semana?
Y aunque a Àlex no le faltaron esa
semana oportunidades para consumar, pasó. Sólo por Maria, sólo por
la primera vez de ella que había sido totalmente especial, especial
para los dos. No entendía que se hubiera ido como se fue, quería
hablar con ella para aclarar el porqué de irse sin decir nada. La
buscó después de que se hubiera ido, estuvo horas buscándola, pero
no la encontró. Se volvía loco, no sabía si había hecho algo mal,
si no había sido lo especial que ella quería que fuese. No sabía
si estaba bien y eso era lo peor que le podría pasar, que le hubiera
pasado algo malo, era de noche y él la buscaba por cada calle, por
cada centímetro de la ciudad, sólo necesitaba verla y que estuviera
bien. No la encontró esa noche, tenía miedo de que le pudiera haber
pasado algo, y se sentía culpable por haberla dejado marchar sin
haberla intentado retener, pero cuando al día siguiente vio que
estaba bien, el nudo que se había formado en su estómago toda la
noche anterior que no le dejó dormir, se deshizo. Pero pese a todo,
ella no quería hablar con él, él lo intentaba todo, pero nada.
Veía lo felices que estaban Laia y Mikel, y estaba celoso, no celoso
de ellos dos, sino de la pareja, de los besos. Todos los besos que se
daban ellos se quedaban cortos con los que él le quería dar a
Maria.
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Amores, espero que os haya gustado
mucho este capítulo, lo he intentado hacer lo mejor posible, sé que
es corto, por eso mismo, si hay más de 20 RT's en este tuit:
os prometo que en el mismo instante que
hayan 20 ni uno más ni uno menos, os subo el siguiente. Posiblemente
en el día de hoy lleguemos hasta el capítulo 14 subido, para que
mañana ya sólo queden 2 capítulos por subir, el 15 y el 16, los
dos últimos.
No os he podido decir nada más por el
tuit porque lo más posible es que nos den tuit limit por haber
subido las dos la novela y avisaros a todas.
Asdsdsdfkksdfjlfds muero de amor *-* Esta novela es jodidamente perfecta. Por cierto, ya he dado RT al tweet y espero que consiga 20, para poder leer el siguiente capítulo hoy :D Soy @eerriiiiccaa_MI.
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