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| Mikel |
Me dirigía a casa de Laia, quería
verla y preguntarle de qué iría esta noche a la fiesta de
disfraces. Crucé la calle y toqué a su puerta. Me abrió un chico,
era Erik. Noté como el pulso se me aceleraba, como el corazón me
amenazaba con salir del pecho, como tenía los nervios a flor de
piel, y notaba muchísimo más el picor que me producían los ojos,
apunto de llorar.
-¿Qué coño haces aquí?-le dije casi
gritando-
-¿No puedo estar aquí?-dijo él
sonriendo de una manera que me entraron unas ganas terribles de
partirle la cara-
-¡No!-grité- Es mi novia. No puedes
estar con ella-me acerqué a él y le cogí del cuello, le estampé
contra la pared-, es mía, entérate de una puta vez.-le apretaba,
notaba como le estaba dejando poco a poco sin respiración, él puso
su mano encima de la mía que le estaba apretando el cuello cada vez
más fuerte-
-¡Mikel! ¿Qué haces? ¡Suéltale!
-dijo Laia a mi espalda e hizo que aflojara, que no me dejara llevar
por impulos, que la escuchara, pero era demasiado tarde, porque ya
estaba estrangulando al gilipollas que estaba con ella en su casa-
-No, ¿qué coño hace aquí?-dije
mirándola de reojo y notaba como el miedo se apoderaba de sus ojos-
-¡Es mi amigo!-gritó y empezó a
llorar-
-¡Y yo tu novio!-me rompió el corazón
verla así, pero no podía parar, una parte de mi cuerpo me dijera
que no parase, que lo matara con mis propias manos-
-¿Y? ¿No puedo tener amigos?-puso su
mano encima de mi hombro, se olía su miedo a kilómetros, y eso hizo
darme cuenta de que ella no estaba bien, de que le estaba haciendo
daño, aflojé un poco más-
-¿Amigos que te has follado?-una
lágrima cayó por mi rostro-Dudo que alguien pueda ser amigo de
alguien con el que ha estado en una cama.
-Pues nosotros somos amigos,-una
lágrima más salió de sus preciosos ojos que no merecían derramar
ni una sola lágrima-¿no confías en mí?-susurró-
-No confío en él.-susurré esta vez
yo, y cerré los ojos, apreté con muchísima más fuerza-
-¡Suéltale!-gritó mientras lloraba,
no podía joder, algo se apoderaba de mí, tal vez los celos, el
miedo, la rabia, el orgullo, algo se apoderó de mi-
-¿Le defiendes?-volví a gritar-¿Estás
de su parte?-una puta lágrima más salió de mis ojos, y me picaban
como nunca por no llorar todo lo que quería, para no perder mi
reputación, para que no me viese hundido. Para que no me viese
hundido por ella, joder- ¿Qué clase de novia eres?-la miré por
última vez antes de pegar un puñetazo a la pared-
-Soy una buena novia y una buena
amiga.-siguió llorando, y sus llantos se repetían una y otra vez en
mi cabeza, no podía seguir así- ¡Suéltale ya!-le solté, la miré
por última vez y pronuncié las peores palabras que podría haber
pronunciado en mi vida respecto a ella-
-Está bien, hemos acabado.
Salí por la puerta, caminando rápido,
me dirigí a mi casa, entré y cerré dando un portazo, fui a mi
cuarto y la historia se repitió, otro portazo más en la puerta de
mi habitación.
-Mikel.-dijo Laia desde la puerta de mi
habitación con lágrimas en sus ojos-
-¡Que te largues!-le grité- Vete con
tu amiguito,-comencé a llorar, pegué una patada a la cama- si tanto
le prefieres a él antes que a mí.-metí un puñetazo con toda mi
rabia al armario, y la miré-
-Pero Mikel-susurró,su voz era suave,
temblaba, tenía miedo-
-¡Que te vayas!-grité lo máximo que
pude-
Se fue, supongo que a su casa, con su
querido amigo. Que asco, tantas cosas me había prometido, tantas
cosas me había pedido, tantas cosas le estaba dando, tanto me estaba
pillando para esta mierda, lo sabía, sabía que los “para siempre”
no existían.
| Maria |
-He discutido con tu hermano.-dijo Laia
entrando a mi habitación, llorando-
-¿Por qué? ¿Qué ha pasado?-dije
abrazándola-
-Que estaba en casa con Erik,-intentó
explicarme entre sollozo y sollozo- él ha venido, le ha visto y se
ha puesto hecho una furia,-hizo una pausa, ya que se estaba ahogando
de tanto llorar- le ha cogido del cuello,-me abrazó más fuerte- y
yo le decía que parase y me ha dicho que le estaba defendiendo a él,
y que hemos acabado.-lloró desconsoladamente durante cinco minutos,
la abrazaba con fuerza, no podía dejar que llorara, no podía
dejarla así por mi hermano, tenía que sonreír con esa sonrisa
preciosa que ella tenía-
-¿Sabes lo que vamos a hacer?-me
separé de ella y le sequé una a una las lágrimas- Esta noche
iremos a la fiesta de disfraces bien sexys-sonreí y provocó en ella
una pequeña sonrisa casi invisible- y se van a enterar todos los
chicos de quién manda aquí, y de que con chicas no se juega.-sequé
sus últimas lágrimas-
Me costó convencerla, pero finalmente
cedió. Fuimos al centro, a la tienda de disfraces, cogimos los dos
trajes más sexys que había por allí y volvimos a mi casa. Como ya
era por la tarde empezamos a vestirnos. Ella de “Conejita Playboy”
y yo de “Catwoman”. Nos pintamos, nos pusimos las caretas y
fuimos camino a la fiesta. Una vez allí había todo tipo de
disfraces, desde colegialas hasta payasos, aunque muchos de allí no
hacía falta ni que se disfrazaran porque de por sí, ya lo eran.
Empezamos a beber y a bailar. Un chico vestido de Batman se me acercó
y empezamos a bailar. Así podría olvidar a Monner, ¿no? A su
preciosa sonrisa, a sus ojos que me miraban cada dos por tres, a su
aroma que quedaba impregnado en el aire cada vez que pasaba y hacía
que pareciese estúpida cuando pasaba por delante. Sacudí la cabeza,
no podía pensar más en él, esa noche no. Al cabo de poco tiempo me
besó. Se estaba tan bien en sus labios, era una sensación
agradable, me gustaba besarle, podría estar así horas, y horas.
Puedo decir que yo lo hacía con sentimientos, y eso me asustaba,
besaba a alguien que no sabía quien era, no sabía su identidad, y
estaba haciendo que me olvidara de Monner, pero yo no lo quería
olvidar, pero cada gesto, cada achuchón, cada acercamiento me
gustaba más. Me llevó al baño, nos metimos en uno y cerramos la
puerta, se sentó encima del váter y yo me senté encima de él. Nos
besábamos y no nos cansábamos, le quité la máscara, abrí los
ojos. Con razón sus besos me sonaban, con razón sus labios me
llamaban, cómo no me iban a llamar, si era Monner. Me levanté y me
eché hacia atrás, chocando con la puerta.
-¿Qué te pasa gatita?-tenía un nudo
en la garganta, no podía hablar, me acercó a él y besó mi
barriga, volví a separarme. Se puso de pie, se acercó, giré la
cara para evitar que me besara, pero confundí su movimiento, me
quitó la máscara, me miró- Maria.
-Quita.-dije únicamente mientras las
yemas de mis dedos hacían presión en su disfraz para separarle de
mi -
-No sabía que eras tú.-aceptó que le
rechazase, que rechazase su cuerpo en contacto con el mío-
-¿Preferías que fuera otra?-me mordí
la lengua para no llorar- Ya veo lo mucho que te importo, -cerré los
ojos con fuerza pero el escozor me molestaba, los abrí, pestañeé
para no ver nada borroso y una lágrima cayó al suelo, sequé su
recorrido por mi rostro y le miré, estaba mirando al suelo, justo
donde parecía que había caído mi lágrima-ya veo todo.-me moví
para abrir la puerta, pero me cogió de la muñeca y no me dejó
moverme-
-No te irás hasta que me escuches.-me
acercó a él y su perfume hizo que no pudiese moverme, que no me
revelase contra él-
-No quiero escucharte,-cerré los ojos,
puede que fuera una pesadilla- no quiero escuchar una mentira
más,-para que mentir, los volví a abrir, tanto tú como yo sabemos
que eso no era una pesadilla de la cual pudiese despertar- sólo
sabes mentirme.
-A ti nunca te he mentido.-me giró
poco a poco-
-Àlex, déjame.-me tenía delante,
bajé la cabeza, y al ver que no continuaba subí la mirada para ver
su rostro, tenía la boca abierta y me miraba de una manera de lo más
cariñosa y tierna, más que nunca y menos que mañana-
-Me has llamado por mi nombre.-dijo
susurrando-
-¿Y?-dije frunciendo el ceño-
-Que si tú lo pronuncias dejaría que
me gastaras el nombre, no quiero que dejes de pronunciarlo,
nunca.-hice un gesto de molestia, un gesto para apartarme, pero no
conseguí zafarme de su agarre- ¿No ves que recorrería cielo, mar y
tierra para encontrarte?-cogió mi cara con una de sus manos mientras
con la otra intentaba que no me fuera, pero después de eso no me
iría nunca de su lado, había ganado mi corazón aunque no se lo
fuese a decir, hizo que le mirara a los ojos y tanto uno como al otro
nos brillaban los ojos- Eres mi princesa.
JKAIIWDKJAIWUIDHAI siguiente ya de ya por favor, me encanta:)) Sóc _justadreambig
ResponderEliminarDIOSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS *-* Este capítulo me ha emocionado. ¡Siguiente YA, por favor! Soy @eerriiiiccaa_MI.
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